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Lun 23 Sep - 1:32
DIAMANTE EN BRUTO.
Te doy la bienvenida a esta búsqueda, la cual describe a un personaje crucial para el desarrollo de Uther: su hermana. Antes de ahondar en ella, comentaré varios puntos que considero importantes.
Jamás te presionaré a la hora de responder, y espero lo mismo de tu parte. Para mí es necesario respetar los límites, los espacios y la vida personal de cada uno. La actividad que puedas llevar a cabo dependerá de ti y de tus circunstancias, yo ahí ni decido ni opino.
Pese a ello, sí que pido compromiso y participación. Soy un hombre al que le encanta comentar, proponer o debatir ideas, así que siéntete libre de expresar sobre la trama o sobre los personajes todo cuanto desees, sin miedo ni vergüenza: yo leeré hasta la última palabra que escribas. Siempre defenderé que ambos demos forma a lo que estemos creando, poco a poco y haciendo partícipe al otro.
La búsqueda expone un breve trasfondo del personaje y su situación actual. La dinámica de relación entre los hermanos y otros datos relevantes serán tratados junto a quien decida llevar a la hermana. A modo de advertencia, has de saber que aquí se explorarán temas complicados, quizá incluso problemáticos. Nunca se hará nada que uno no quiera y siempre se preguntará al respecto, pero esta no será una trama para todos los públicos. Tenlo en cuenta.
Espero que seas la persona indicada. Estoy a un mensaje privado de distancia.
Jamás te presionaré a la hora de responder, y espero lo mismo de tu parte. Para mí es necesario respetar los límites, los espacios y la vida personal de cada uno. La actividad que puedas llevar a cabo dependerá de ti y de tus circunstancias, yo ahí ni decido ni opino.
Pese a ello, sí que pido compromiso y participación. Soy un hombre al que le encanta comentar, proponer o debatir ideas, así que siéntete libre de expresar sobre la trama o sobre los personajes todo cuanto desees, sin miedo ni vergüenza: yo leeré hasta la última palabra que escribas. Siempre defenderé que ambos demos forma a lo que estemos creando, poco a poco y haciendo partícipe al otro.
La búsqueda expone un breve trasfondo del personaje y su situación actual. La dinámica de relación entre los hermanos y otros datos relevantes serán tratados junto a quien decida llevar a la hermana. A modo de advertencia, has de saber que aquí se explorarán temas complicados, quizá incluso problemáticos. Nunca se hará nada que uno no quiera y siempre se preguntará al respecto, pero esta no será una trama para todos los públicos. Tenlo en cuenta.
Espero que seas la persona indicada. Estoy a un mensaje privado de distancia.
LITTLE MORTENSEN.
XXII - ELITE (SINGER).
Solo os teníais el uno al otro. Nadie más. Vuestro padre había muerto y, vuestra madre, cuidaba más de la cocaína que tenía guardada en la mesita de noche que de vosotros dos. Desde que tienes uso de razón, Uther ha sido como un hermano, un padre y un amigo para ti. Él, tú, y el vacío en el que estáis sumergidos.
No tuviste una infancia sencilla: las drogas, el alcohol y el sexo aberrante eran los protagonistas de casi cada noche a manos de tu madre y del hombre de turno con el que estaba saliendo esa semana. Tu hermano era tu única ruta de escape, la persona que lograba distraerte de aquel infierno y que hacía que pudieras conciliar el sueño. Casi no dormías en tu cama, una bastante incómoda y molesta, pues te habías acostumbrado al calor y a la protección de Uther; bajo sus sábanas, no escuchabas los gritos y las discusiones que hacían retumbar las paredes.
Los servicios sociales os arrancaron de las manos casi moribundas de vuestra madre cuando cumpliste los diez años. Desde ese momento, comenzasteis a vivir con vuestra tía en una familia igual de pobre y de desestructurada que la vuestra, pero lo suficientemente estable a ojos de la ley. Quizá no les importabais lo suficiente. La dinámica entre ambos continuó siendo la misma: tú eras la sombra de él, y él era todo lo que querías ser. No te separabas de tu hermano, ni siquiera para dormir. Ya te habías acostumbrado a hacerlo siempre con él.
Al solo haber un par de años de diferencia entre vosotros, la adolescencia os golpeó con realidades distintas a cada uno, casi al mismo tiempo. Él buscaba más independencia, quería experimentar con la vida y llevarla a situaciones extremas. Tú, en cambio, sentías cada vez más miedo e incertidumbre cuando te separabas de él. No era sencillo desprenderte de una parte de ti que te había acompañado durante tanto tiempo, y tampoco estabas preparada para dar los saltos que él estaba haciendo; pero no querías quedarte atrás. No querías perderlo a él.
Comenzaste a seguir sus pasos: si él iba a fiestas y se emborrachaba como el que más, tú eras la que vomitaba junto a él. Si él participaba en carreras ilegales, tú te sentabas en la parte trasera de la motocicleta. Si él empezaba a aprender música, tocando la guitarra de vuestro tío, tú cantabas día sí y día también con la esperanza de que pudiera reconocer tu talento emergente. Si él comenzaba una relación con otra mujer, tú te encargabas de hacer todo lo posible para destrozarla desde dentro. No te diste cuenta a tiempo, pero te habías obsesionado con él y ya era demasiado tarde para volver atrás.
El día que te propuso ser la cantante de la banda que estaba formando fue el día más feliz de tu vida. No era difícil conseguir algo así, no es como si la felicidad hubiese sido el principal protagonista de tu rutina. Habéis formado un grupo con otras dos personas, aunque a ti no te gusta compartirlo: piensas que él y tú seríais más que suficientes. Vivís los cuatro en un piso enano porque no tenéis el dinero necesario ―y la convivencia no está siendo idílica―, pero estáis comprometidos con el proyecto y queréis salir de ese barrio carcomido que tantas desgracias os ha traído. Habéis empezado a tocar en unos cuantos locales de la zona, y aunque todavía no os conoce nadie, tenéis carisma y presencia. No os conformaréis con lo que tenéis.
No tuviste una infancia sencilla: las drogas, el alcohol y el sexo aberrante eran los protagonistas de casi cada noche a manos de tu madre y del hombre de turno con el que estaba saliendo esa semana. Tu hermano era tu única ruta de escape, la persona que lograba distraerte de aquel infierno y que hacía que pudieras conciliar el sueño. Casi no dormías en tu cama, una bastante incómoda y molesta, pues te habías acostumbrado al calor y a la protección de Uther; bajo sus sábanas, no escuchabas los gritos y las discusiones que hacían retumbar las paredes.
Los servicios sociales os arrancaron de las manos casi moribundas de vuestra madre cuando cumpliste los diez años. Desde ese momento, comenzasteis a vivir con vuestra tía en una familia igual de pobre y de desestructurada que la vuestra, pero lo suficientemente estable a ojos de la ley. Quizá no les importabais lo suficiente. La dinámica entre ambos continuó siendo la misma: tú eras la sombra de él, y él era todo lo que querías ser. No te separabas de tu hermano, ni siquiera para dormir. Ya te habías acostumbrado a hacerlo siempre con él.
Al solo haber un par de años de diferencia entre vosotros, la adolescencia os golpeó con realidades distintas a cada uno, casi al mismo tiempo. Él buscaba más independencia, quería experimentar con la vida y llevarla a situaciones extremas. Tú, en cambio, sentías cada vez más miedo e incertidumbre cuando te separabas de él. No era sencillo desprenderte de una parte de ti que te había acompañado durante tanto tiempo, y tampoco estabas preparada para dar los saltos que él estaba haciendo; pero no querías quedarte atrás. No querías perderlo a él.
Comenzaste a seguir sus pasos: si él iba a fiestas y se emborrachaba como el que más, tú eras la que vomitaba junto a él. Si él participaba en carreras ilegales, tú te sentabas en la parte trasera de la motocicleta. Si él empezaba a aprender música, tocando la guitarra de vuestro tío, tú cantabas día sí y día también con la esperanza de que pudiera reconocer tu talento emergente. Si él comenzaba una relación con otra mujer, tú te encargabas de hacer todo lo posible para destrozarla desde dentro. No te diste cuenta a tiempo, pero te habías obsesionado con él y ya era demasiado tarde para volver atrás.
El día que te propuso ser la cantante de la banda que estaba formando fue el día más feliz de tu vida. No era difícil conseguir algo así, no es como si la felicidad hubiese sido el principal protagonista de tu rutina. Habéis formado un grupo con otras dos personas, aunque a ti no te gusta compartirlo: piensas que él y tú seríais más que suficientes. Vivís los cuatro en un piso enano porque no tenéis el dinero necesario ―y la convivencia no está siendo idílica―, pero estáis comprometidos con el proyecto y queréis salir de ese barrio carcomido que tantas desgracias os ha traído. Habéis empezado a tocar en unos cuantos locales de la zona, y aunque todavía no os conoce nadie, tenéis carisma y presencia. No os conformaréis con lo que tenéis.
Última edición por Uther O. Mortensen el Miér 25 Sep - 12:54, editado 1 vez
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